Los buenos cocineros siempre han sabido hacer maravillas con las sobras y estos buñuelos son un buen ejemplo. El manjar blanco era uno de los platos favoritos de la corte y se preparaba con los ingredientes más lujoso de la época.
6 unidades
6 unidades
1 unidad
1/2 unidad
2 unidades
1 ramita
1 hoja
1 ramito
para decorar
para decorar
300 gr.
150 gr.
150 gr.
2 ramas
al gusto
4 unidades
125 gr.
1 litro.
Poner a remojo las almendras crudas en abundante agua la noche anterior. Escurrirlas, añadir 1 litro de agua y triturar todo con una batidora. Filtrar con la ayuda de un colador fino o un filtro de café y guardar en una botella o recipiente tapado.
Poner la pechuga de pollo con las crestas, las patas, la cebolla, las zanahorias, el apio, una hoja de laurel y perejil en una olla. Cubrir con agua, salpimentar al gusto y hervir hasta que la pechuga esté cocida, 40 minutos aprox.
Hierve el litro de leche de almendras y 1/2 litro de caldo de ave.
Con parte de esta mezcla liga unos 300 gr. de azúcar, 150 gr. de harina de arroz, 150 gr. de almendras picadas y peladas.
Desmenuza la pechuga del caldo en tiras, añádela a la mezcla y tritúralo todo con una minipimer.
Batir los huevos con un poco de harina y añadir la mezcla de manjar blanco.
Con la ayuda de dos cucharas coger un poquito de masa y freír a fuego medio en una sartén con abundante aceite para que flote. Esperar a que se dore. Repetir el proceso hasta que se acabe la masa.
Retirar los bueñuelos del aceite y colocar en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Servir con un poco de canela espolvoreada y pétalos de rosa.
Uno de los recetarios más importantes de la cocina barroca en España. Su autor, Francisco Martínez Motiño, trabajó en la cocina de Felipe II como pinche y fue cocinero mayor de Felipe III. En este libro cuenta en detalle cómo una cocina digna de un gran señor debe cumplir tres cosas: “la limpieza, el gusto y la presteza.”
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